Hoy por fin vuelvo a besarte
y a impregnarme de tu sal,
atrás se quedó el desierto
que con paciencia, Cai mio, pude cruzar.
Vuelvo a cantar,
aunque algunos ya me digan
que soy como el Guadiana,
que aparezco y que me pierdo
según me vengan las ganas,
pero si por ganas fuera
viviría en tu platea.
Y aquí otra vez
dispuestos a soñar
y poder arrancar
un ole a tu garganta,
y pa temblar
contigo una vez más
y volver a sentir
que por acariciarte
se me acelera el pulso
y me hierve la sangre.
Perdóname
pero aunque yo no te cantara
siempre estuviste en mi alma
a pesar de la distancia.
Si alguna vez
me llamaste el dueño
del compás y del quejío,
Cádiz tú si que eres dueño
dueño del corazón mío,
dueño del corazón mío.
José Mata Morales / Ramón de los Ríos Núñez - Comparsa "La Guapa de Cádiz" (2007)
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