Esa que me dio a mí la vía,
la que tanto presume de ser de la Viña,
aunque tiene ya el pelo blanco
cuando habla de su barrio
se vuelve una niña.
Esa que es mi noche y mi día
mientras cuida geranios
me cuenta y no para
de ese rinconcito, capricho del Cielo
donde ella jugaba
juegos de niños caleteros,
sueños en su calle Lubet.
Hablando de la Caleta
toas las penas se le olvían,
yo no he visto otra viñera
como esta mare mía.
Nunca me cantó una nana
cuando me tuvo en sus brazos
porque al son de unos tanguillos
me dormía en su regazo.
Es mi mare un sentimiento,
su barrio lleva tan dentro
que se le desborda el alma
cuando dice que en su vía
se ha perdío una recogía
de su Cristo de la Palma.
José Manuel Prada Durán - Comparsa "Al Compás de mi Cepillo" (1988)
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