Jamás olvidaré
que había una vez
un circo que alegraba
siempre el corazón,
haciéndonos reír
con ternura infantil
a chicos y mayores
un payaso cantor.
Siempre recordaré
el gesto tan feliz
de mi niño sentado
ante el televisor,
sitiéndome a la vez
tan niño como él,
contagiado de amor.
Ríe gozoso, pequeño,
continúas en el sueño
de las ilusiones,
no te sientas triste,
que el mundo de la alegría
sigue vivo todavía,
porque los payasos
no saben morirse.
Así es que no sientas pena
ni tengas pesar,
y siempre recuérdalo
con la misma ilusión,
que si se fue de nosotros,
los angelitos del Cielo
andan como locos
por nuestro payaso Fofó.
Antonio Martín García - Comparsa "Los Mandingos" (1977)
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