En cada palma de cada mano,
en cada surco de cada piel,
tanto el futuro como el pasado
podrás leer, podrás leer.
En unas manos recién nacidas
tocando el pecho de una mujer,
mujer que es madre que con sus manos
aquel fruto de su vientre quiere proteger.
La mano que tomó el papel
y el lápiz del número dos,
juntó tres letras y escribió
su torpe primer nombre.
Y aquella mano caliente
del adolescente,
la mano curiosa que se aventuró
a acariciar otro cuerpo y descubrió
la magia del amor.
Y aquellas manos trabajadoras
que han confiado en la mano traidora del socialista,
y en la promesa sin valor, oportunista, oportunista.
Ocho millones son las manos sin trabajo,
ocho millones son las manos engañadas,
y entre las manos más vacías y con más paro,
como siempre, están las manos gaditanas.
Ven que te voy a leer
en los surcos de mi piel
lo que dicen estas manos,
las manos del perdedor,
sin trabajo ni ilusión,
las manos del gaditano.
Jesús Bienvenido Saucedo - Comparsa "Los Currelantes" (2011)
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