Hoy al escribirte me tiembla la pluma
y unas lagrimillas mojan el papel,
que cantarte, Cádiz, es como una locura,
tanto como tienes y dejas de tener.
Si digo bonita, por la Alameda,
miles de estrellas, titiritando,
quiere hablarme de esa gran pena
que sufren otros barrios.
Si alegro el alma mirando al mar,
su dulce calma me hace soñar
con tus fragatas y bergantines,
pero en la orilla el rumor de las olas
viene a recordarme que estás triste y sola,
qué sueño tan sublime.
Eres barquita de sal
y a la vez faro sin luz,
blanco pañuelo de cal,
ay, qué cruz.
Que eres tú, mitad y mitad,
penumbra y esplendor,
con miles de paraos y pa que na te falte,
cuántos mangantes,
y es que tú lo tienes to.
Antonio Martín García - Comparsa "Los Quijotes del Sur" (1996)
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