Me dijo una gaditana:
-Dedícame una letrilla
pues tus canciones me agradan
sólo por ser tan sencillas.
-Si tú tuvieras ventana
mis odiseas te las cantaría,
pero resulta serrana
que mira que viene el día.
Déjame que de tu sangre
los mares me beba
para que la vida eterna
contigo la viva,
arráncate el crucifijo
que en el alma lo llevas,
descálzate compañera
y que otro Dios te bendiga.
Dile a tu madre
que a ti te visita la luna,
y en tu ventana
no quieres balcón ni postigo.
Que no te ponga corona
que tú no quieres ninguna,
que yo ya te traigo una
y es pa llevarte conmigo.
Y si llaman a tu puerta
con la oscuridad cumplía
no se la tengas abierta
que seguro que es el día
presumiendo todavía
porque no lo ha dicho nadie
que a la orilla de los mares,
la nave de la alegría,
en tu playa que es la mía,
del amor en carnavales
desenterrando puñales,
de las arenas salía,
y con su sangre escribía:
los Inmortales.
Juan Carlos Aragón Becerra - Comparsa "1800 Los Inmortales" (2004)
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