Me dijo una gaditana:
dedícame un año
alguna coplilla,
que tengo delirios locos
y a veces quisiera
sentirme barquilla.
Y pierdo las tapaeras
que tiene el sentío
cuando contemplo mi barca
en la bajamar...
¿Y para qué quiero yo
vestir el traje campero,
si aunque sepa montarlo
no me sirve el caballo
para ir a pescar?
Ay, pobre, pobre lunita luna,
ya los amantes jamás cantarán
luna de miel cascabelera.
Ay, luna,
pero tengo el consuelo que todas las noches
te vienes a enjuagar
en aguas de la Alameda.
Y en los arrullos del mar
llega a Cai un barquito,
más típico no lo hay.
Cuando cruza la Bahía,
hasta los barcos de vela
parecen cual palomitas
tras un cortejo de estelas.
Su testamento legó,
gloria para el Carnaval,
que a pico de gaviota
hay vendío una copia,
juglar celestial.
Y aunque a rey muerto, rey puesto,
aún no ha nacío
quien mejore esto.
Joaquín Quiñones Madera / José Martínez González - Comparsa "Orfebre" (1986)
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