Hacía una noche maravillosa
de esas que invitan a pasear
y divagando por entre calles
a la Caleta vine a parar.
Casi extasiado por el silencio,
en su belleza me recreé,
cuando de pronto escuché un lamento
y unos sollozos de una mujer.
En la orilla de la playa
lloraba una caracola,
y qué pena me inspiraba
verla tan triste y tan sola.
¿Por qué lloras, caracola?,
cuéntame tus penas a mí,
dime, reina de las olas,
qué es lo que te pasa a ti.
La acurruqué entre mi pecho
y le di calor del alma,
y en mis brazos adormecida
sonriente me miraba.
Su nombre de caracola
por Dolores lo cambió,
y entre Dolores y Lola
de una triste caracola
una gran reina nació.
Pedro Romero Baro / Francisco Campos Lado - Comparsa "Los Blanco y Negro" (1970)
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