Con todo mi afecto y admiración
desde la tierra de la ilusión
quiero mandarte, amigo Felipe, un puñao de letras,
letras que nacieron en tu rincón
y que no aclaman tu condición,
porque en el fondo
mi tierra sufre como cualquiera.
No creo que debiste así profanar,
con malas letras este lugar,
porque en el fondo no eres siquiera ni gaditano,
eres como tú dijiste al final,
cuando por fin salió la verdad,
un mallorquín de pies a cabeza
que tiene el ancla aquí echá.
Pero no quiero aburrirte
contándote tus problemas,
tú sabrás bien lo que hiciste,
arréglate como puedas.
Pero has de saber que en mi ciudad
nadie fue preciso ni será
ni con piano ni poema.
La Caleta llora tu verdad
y aquellas notas volverán
a estar presentes en otra tierra.
De nada servirán tus obras de postín,
tú aquí no tienes na, tú eres mallorquín.
Tan sólo escúchame, si decides volver,
piénsalo bien, hermano,
sabrás que en mi ciudad
no existe lo neutral,
o moros o cristianos.
Antonio Martínez Ares - Comparsa "Requiebros" (1984)
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