Después de doce largos meses
vendiendo por to el mundo entero
aquí regresa con su carro
pa lo que guste el buhonero.
Cuando noté las estrellas
no sé cuantas noches he pasao en vela,
porque es que te llevo en la sangre
que va hasta mi alma aunque no lo quiera.
Desde ese día que tu me compraste un requiebro,
tu carita no se me quita del pensamiento.
De nuevo estoy junto a ti,
le pese a quien le pese,
pa cantarle las cuarenta
sólo a quien se lo merece.
Como la carne de perro,
que no me duelen los palos,
yo no colecciono premios,
reina mía, yo te canto.
Niñas, abrid los balcones,
que llevo genero nuevo
en este carromato tirititrán tran tan marinero.
Vendo trozos de Cai,
vamos a ver quién los quiere,
tres mil años bien cumplíos,
los traigo dormíos
entre cuatro paredes.
El faro de la Caleta,
un brazo de san Servando,
la brisa de la Alameda,
Puertas de Tierra,
un Balneario,
romanitos desahuciaos
por mor del soterramiento,
y la Cruz del Nazareno
pa que a los niños los ponga buenos.
Y nubes, olitas, pitos de caña,
murallas, coñetas y musarañas,
el Cano, el Corpus, catorce Juanillos,
y ¡tangos!, ¡tangai!, ¡tangana!, ¡tanguillo!
Aquí está el buhonero,
no me digas que esto es caro
porque mi Cai no tiene precio.
Aquí estoy, sentrañas mías,
que no, que no estoy llorando,
que son lagrimitas de alegría,
aquí voy a montar mi puesto
por si alguien quiere mi mercancía.
Señores, la Milagrosa les desea buenos días,
buenos días, buenos días, ¡buenos días!
Antonio Martínez Ares - Comparsa "La Milagrosa" (2000)
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