El juramento de Hipócrates
en la medicina es un don sagrado
del abnegado servicio
que prestan los médicos al desamparado.
La profesión más hermosa
y benefactora de la humanidad
a veces se hace inhumana
manchando su dignidad.
No matar, dice Dios
en el quinto de sus mandamientos,
y ni eso prohibe a los médicos
el poner inyecciones asesinas
de una muerte apacible muy fina,
en el nombre de la medicina
desarrollan la mente asesina.
Te dirán ante el hecho de justificarse
que matan del orden de la sociedad,
qué dirán si sus manos se manchan de sangre
cometiendo un crimen por impunidad,
qué dirán esos padres de la medicina
que lucharon por la humanidad
de esas manos cobardes asesinas
que no cumplen con la medicina
y dedican su ciencia en matar.
Pedro Romero Baro - Comparsa "Grandes Genios" (1983)
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