Compare del alma, compare,
deje usted ya estar triste
que las mañanas se visten 
todavía de rocío;
compare, querido compare,
no me llores más que sabe
que  en la esquina de su calle
el clavel sigue encendío.
Por Dios, ay, compare del  alma,
valla usted olvidando esa pena,
que como una ola se arranca
por la  playita las tres piedras,
y en los corrales de lunas blancas
es luz del faro  y es luz del sol,
y en los silencios del santuario
luz de los nardos de  su procesión.
Y por toda Chipiona,
por su viña, por sus flores,
por toitos sus  rincones
más que nunca se respiran
y se escuchan esos cantes,
que es la voz  de la mas grande
y más que nunca la vida,
y oyendo el suspiro del mar
su  madre todavía la espera.
Compare, no llore más,
vamos que brotando  están
ramitos de hierbabuena,
compare, de hierbabuena.
Antonio Martín García - Comparsa "Los Hijos de la Libertad" (2007)


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