Si hay un sitio aquí en tu interior
para colgar serpentinas,
lo mismito que en San Juan de Dios
o en los bancos de la Plaza Mina;
si has caído también en la trampa,
igual que el que canta,
bendita ruina.
Seguramente cruzaste
por la calle de la Palma,
que allí es por donde se agarran
las musiquillas, las musiquillas
que cuando llegan al alma
te hacen cosquillas.
Redoblando los nudillos,
saboreas los tanguillos
y más tarde una cuarteta;
ole la caja cerillos,
suena mejor que una orquesta.
Ni tú has sido el primero
ni el último seré yo,
si Dios es chirigotero
que se venga al Callejón;
que cuando llega febrero
Cádiz se alegra,
se desahoga mi pueblo
de tantas lagrimitas negras.
Si nadie escucha las letras
se muere la tradición,
por eso los gaditanos
guardamos todos los años
coplas en el corazón.
Enrique Villegas Vélez / Francisco Javier Villegas Mejías - Comparsa "El Guardacoplas" (1998)
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