Había una ley muy famosa
por el pueblo despreciada,
era esa ley bochornosa
del derecho de pernada,
que consistía en que las mozas
al duque se las entregaban.
No sé cómo podrían consentir
los que se unían en casamiento
tener que entregar a su mujer
en contra de sus sentimientos
y ser una víctima cruel
de nuestro octavo mandamiento.
Pensad lo que tenían que sufrir
cuando dos jóvenes se amaban
y ver como un tirano cruel
su mejor flor le marchitaba
poniendo en aquel puro querer
lo más amargo de la hiel.
Pero ya el tiempo pasó
como pasa el temporal
pues ya no queda el rencor
de aquellos tiempos feudal
pero por fin la razón
hoy impera en la humanidad
porque la ciencia de Dios
es amor y libertad.
Francisco Alba Medina - Chirigota "Las Huestes de Don Nuño" (1959)
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