La fragua del cante muda se ha quedao
y el color moreno cambió de expresión,
y aquel verde luna color de aceituna
que una cantaora ya palideció.
Fue su voz gitana honda y desgarrada
dulce y melodiosa como una cascada,
rosa deshojada
que se marchitó.
Lo mismo que la Petenera
el pueblo en sus hombros la lleva
y entre sollozos dio su adiós.
Fue querida por grandes virtudes,
amada por sus cualidades
y respetada por su don.
Los gitanos de bronce y de fuego
lloran sin consuelo
la pérdida grande de su cantaora.
La guitarra con crespones negros
murmura en silencio:
malhaya la muerte,
dañina y traidora.
Duérmete, Curro mío, de mis entrañas;
duérmete, Curro mío, cantando decía,
y el profundo quejío de un ay
quedó siempre mudo,
silencio que ha muerto
la Perla de Cai.
Pedro Romero Baro / Aurelio del Real Germán - Comparsa "Carnaval 76" (1976)
No hay comentarios:
Publicar un comentario