Mirando la correspondencia,
entre ofertas y propaganda,
estaba la carta angustiosa
de una niña gaditana.
María Celeste me llamo,
me decía emocionada,
que de Cai me fui
con cinco primaveras,
hasta tierras catalanas.
Apenas ya recuerdo a la Caleta,
con mi madre de la mano,
y ese olor a mar,
las barquillas con su quilla
entre las olas roneando.
Allí dejé dormío pa siempre
a mi padre de mi alma
porque se equivocaron
los que tantas vidas salvan,
y yo no tuve mas remedio
que en los brazos de mi madre
ir creciendo entre recuerdos.
No hay mas desgracia en el mundo
que ser viñera del alma
y no haber visto en la vida
la recogida de la Palma.
Las coplillas de mi tierra
son las que me dan consuelo,
y aunque la pena me ahogue
estando tan lejos
yo sueño volver a la Alameda
y contar las estrellas
que tienen tus cielos,
que tienen tus cielos.
Joaquín Quiñones Madera / José Martínez González - Comparsa "Los Mercenarios" (2001)
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