Qué mal nos enseñaron lo del deseo,
¿quién puso en las pasiones las alambradas?,
la impureza de un acto nos la dictaba
quien más actos impuros ocultaba luego.
Y como fue enseñado quedó enseñado:
jamás desearás la mujer de otro,
ni al hombre porque es hombre como nosotros,
a lo que era deseo llamaban pecado.
Y pobre de aquella mujer que fuera tan valiente
de llevar el amor en los labios
y el corazón en el vientre.
Pobre hombre que con otro hombre
fundara pasiones,
eso sí que eran cojones,
y salir a la calle mas que murmurara la gente:
qué gachí mas indecente
y qué par de maricones.
Cuando aquel 19 de marzo
del monumental 1812,
cuentan que la gente por la calle
loquita gritaba que viva la Pepa,
y por culpa de esa misma gente
se marchó la Pepa de nuestra ciudad,
porque vio que la que fue su cuna
luego fue la tumba de su libertad.
Gaditanos, pa que la Pepa volviera
necesitamos demostrar
que en Cádiz todo el mundo tiene libertad,
que cuna tiene cualquiera.
Juan Carlos Aragón Becerra - Comparsa "Los Americanos" (2003)
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