Los niños juegan,
los niños duermen,
los niños sueñan,
¡nosotros no!
No les contemos
la gran mentira
de nuestra vida:
la educación.
La vida que van a vivir
no es un cuento de hadas
ni de fantasía con final feliz
donde los buenos ganan,
sino una batalla,
una pesadilla,
una putada.
La educación esconde
lo falso que es el mundo
y hasta donde son
de malvados los hombres,
y de esa misma manera escondida
te hacen un tonto a su medida.
La educación no es ningún privilegio,
sino un castigo de la sociedad,
la que invita a que los niños vayan al colegio,
para que luego un maestro les diga:
"esto está bien, lo contrario está mal".
Si obedeces, se te premia;
si no, te castigan.
La educación oportuna,
la dormidera perfecta,
siempre ha sido la vacuna
contra el niño que protesta,
contra el que mira de frente
y rápido aprende
a decirnos que no,
porque en su inocencia libre
sabe que un mundo mejor
hace falta y es posible.
Con esto quiero decirles
a los niños de mi alma
que ser rebelde con los que mandan
no es una falta de educación.
Si la bondad y el cariño,
su inocencia y su mirada,
si fueran niños
los que mandaran
y los que educaran
a la humanidad,
seguro que en la Tierra
no habría maldad
y en el mundo la paz
algún día reinaba.
Juan Carlos Aragón Becerra - Comparsa "La Guayabera" (2016)
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