Convertidos en espejos
por arte de brujería
vamos recorriendo el mundo
hace ya unos cuantos días.
Siempre que llegamos
a una población
arman las mujeres
una espantosa revolución:
todas al espejo
se quieren mirar
y hay quien por mirarse
dos mil duros da.
Lo mismo las casadas que las solteras,
lo mismo las viudas que las polluelas,
todas las que se miran a este espejito
ni les pican las chinches ni los mosquitos.
Con estos espejos, la que sea fea
en dos minutos se vuelve guapa;
y con el reflejo de estos cristales
mueren las pulgas y hasta las ratas.
Todas las solteras que aquí se miren
a los tres días tienen diez novios.
Con estos espejos hasta se puede
sacar las almas del Purgatorio.
Al mismo tiempo tienen
cierta combinación,
que se achican y alargan
con gran precisión:
se le toca un resorte
que tiene en la nariz
y este espejo tan chico
se pone igual que uno de vestir.
Antonio Rodríguez Martínez - Coro "Los Espejos" (1904)
No hay comentarios:
Publicar un comentario