Dicen que se encuentra en Cádiz
disfrazado de aguador
ese hombre misterioso,
ese hombre misterioso
llamado el Destripador.
Hay mujeres que al saberlo
se han vuelto insubreptibles
y otras que tienen tembleques
y unas diarreas terribles.
Hay quien no sale a la calle
en cuanto da la oración,
y algunas de las jindamas
no se asoman ni al balcón.
El caso no es para menos
porque ese tío tan bruto
necesita destripar
diez mujeres por minuto,
pues le han pedido hace poco
de allá de las Alpujarras
dos mil quintales de tripas
para hacer cuerdas pa las guitarras.
Antonio Rodríguez Martínez - Coro "Los Viejos Cooperativos" (1889)
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