Vamos a ver quién me adivina
la adivinanza:
tiene un corazón de tinta,
la lengua muy larga;
cuando escribe lo que escribe,
¿quién vive?,
eso es sagrao,
y al que quiere me lo vuelve
un desgraciao.
Con Franco fue el mayor franquista,
luego de centro,
y de izquierda y de derecha
y siempre pa dentro;
por sus páginas pasaron
grandes literatos
y en sus sillas se sentaron
chupatintas y borrachos.
Tiene algo más de un siglo
y es como un niño
que no entiende aún las reglas
de ortografía,
pone y quita concejales
a su capricho,
quita y pone directivos
todos los días.
Con su verbo intelectual
colabora un flecha azul,
es el último en dormir
y el primero que encuentra la luz.
Adivina, adivinanza,
seguro que alguien lo acierta,
tiene un corte vanguardista,
periodista surrealista,
y las manos deja negras.
Adivina, adivinanza,
enemigo del levante,
y esperando el buen retrato
siempre está su gran chivato
que lo que vende es la sangre.
No soporta a los payasos,
esos que escriben comparsas,
y, por Dios, se pone en celo
al llegar Semana Santa.
Y por muy poquito dinero
es honrado o embustero,
se ríe de Cádiz entero,
adivina, adivinanza...
Antonio Martínez Ares - Comparsa "La Milagrosa" (2000)
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