Lo mismo que el almendro en flor
se visten de blanco
allá en el mes de mayo
para recibir a Dios
esa vez primera
libres de pecao.
Con su carita de ángel,
recliná en los altares
y en sus manos el rosario.
Qué bonita va
con ese percherín de encaje
y tiene la mirá, como su mare,
y él con el cordón
jugueteando entre los guantes
vestío de marinero, como su pare.
La abuela llora de emoción
con su traje negro que estrena,
con lo que daría el abuelo,
Dios mío, por verla.
Varas de nardos en flor
entre los olores de incienso
y las llamas vivas de un bosque de velas.
El órgano tocando a gloria,
el coro canta de ensueño,
las lágrimas ya se me afloran
y se me levanta el vello.
Camino del altar
con sus manitas hacia el cielo
van a recibir a Cristo,
que es su sangre, que es su cuerpo.
Un beso se le escapa de su boca
que a su mare vuelve loca
y en el aire coge al vuelo.
Las recordatorias ha repartío,
los regalos ha recibío
y aunque to fuera mentira
esta noche se ha dormío,
como el día más grande de su vida.
Joaquín Quiñones Madera / José Martínez Gonzalez - Comparsa "El Baratillo" (1998)
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