Un pasodoble le canto
al Cádiz de mis entrañas,
el que por su idiosincracia
es admirado en toda España,
pues digan lo que digan
los mamarrachos por sus boquillas
el Cádiz de mi alma
siempre fue hidalgo toda su vida.
Y al que presume de sentirse madridista,
o es azulgrana el color de su corazón,
sólo una cosa en el oído le diría:
amigo mío, tú no eres de este rincón,
porque primero siempre está el Cádiz
y hay que quererlo sin más condición.
Ole, vivan mis colores,
amarillo como el sol y azul del cielo,
que derrochan gallardía
y hasta simpatía
en los campos de juego.
Así que, amigo paisano,
cambia ya esa foto de Iván Zamorano
y pon una de Mateos, de Javi o Ramón
y presume del Cádiz, como lo hago yo,
y acuérdate del más grande
que fue del Cádiz estandarte,
magia de España, envidia y arte.
José Mata Morales / Rafael Pastrana Guillén - Comparsa "Astilleros" (1996)
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