Aquella noche en septiembre
fue condenado a mi destino
y a pesar de los reveses
fui comprendiendo mi sino.
Mi vi empezando estos versos
que te escribí a ti, patria absoluta,
y aunque era negro aquel cielo
me iluminaba tu Luna.
Y a golpes de recuerdos
fui descubriendo que no te quise olvidar,
que entre mis letras y tu existencia hay un sendero
del cual jamás ya no me iba a separar.
Bendita compañera,
bendita seas, bendita amiga,
tanto tú me has dado
y tanta es mi condena
que este musiquita
lo veo poca ofrenda,
tanto tú me has dado
y tanta es mi condena
que este musiquita
lo veo poca ofrenda.
Constantino Tovar Verdejo - Comparsa "Los Musiquitas" (1999)
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