Con la misma honra y ganas locas
de un chaval que va a empezar
se jugó la vida todas las tardes
una figura consagrá.
Más cornás da el hambre
y él con sangre consiguió una posición,
desafiando a muerte en los alberos
cuando lo tenía to.
Ay, el maldito sino, qué injusto fue.
Ya la peineta y el mantón
en las barreras no serán testigos de su valor.
Con un pie en el Cielo tuvo huevos
pa decir a su alrededor:
son dos puñaladas las que llevo,
en sus manos estoy, doctor.
Dame un poco de agua y tranquilos,
que me llamen a Isabel.
Y entre Pozoblanco y la Sultana
un gaditano se fue.
Joaquín Quiñones Madera / José Martínez González - Comparsa "Hombres Azules" (1985)
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