Después de tantos años,
después de tantos besos,
después de tantos ratos
vividos junto a él,
hoy sola despertaba
y enfrente de un espejo
sin ganas ocultaba
las lágrimas de ayer.
Café sin esperanza
y de negro pa la plaza,
más sola que la playa
en los meses de llover,
a pasito ligero
y esquivando miradas,
que no quiere consuelos
que no pueda tener;
muchas tardes se va sola
a pasear donde solía,
recordando aquellas cosas
que de siempre compartía.
Divagando en su memoria,
divagando en su nostalgia,
se levanta de su sombra
y echa un pulso a su desgracia.
No sé después de esta vida
si otra hay con seres queridos,
sólo con verte, mi amiga,
a Dios le sobran,
a Dios le sobran los motivos.
Constantino Tovar Verdejo - Comparsa "Los Aprendices" (2003)
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