Felicidades, Caballero
de la Gran Piedra Cuadrá,
por fin nombrao pregonero
por el Rey Don Carnal,
ante vos rindo mi espada
como hice con Martín,
que antes de ser un templario
de los dos fui aprendiz;
recuerdo cuando usted era un lobo
y yo era un loco de atar,
me susurró hacia el oído:
sigue, que lo lograrás.
Don Enrique, déjeme
que le devuelva el favor,
yo no voy a susurrar,
yo lo grito, que es peor.
Ay, ay, ay, pregonero, pregonero,
plato de segunda mesa,
cuántas cosas te han negao
por haber nacío en Huelva.
Ay, ay, ay, pregonero, pregonero,
si te lo he dicho mil veces,
aquí el que no es buscavidas
poco o nada se merece.
Ay, piropea una vez más,
dame, viejo, tu pregón,
que contigo se me va
toda una generación.
Don Nuño te está mirando,
Fletilla te arropa, tu Cádiz te espera,
venga, viejo, vámonos,
un escalón, otro escalón,
¡el príncipe Enrique Villegas!
Antonio Martínez Ares - Comparsa "Los Templarios" (1999)
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